miércoles, 6 de agosto de 2014

Eres mi doble (sobre la guerra y sus hombres)

I

Ay que extraño este motor que lleva el mundo en quinta
velocísimo
forzándolo a vivir con palabras justas y exactas:
la guerra se avecina como la luna
pálida, llena de cicatrices, de juventudes coaguladas
relatadas en un sólo verso
aún no vencido:
nadie aprendió a amar.

Ay que hermosura la de esta montaña
donde puedo alzar la vista igual que ella
como si fuera una melodía triste
llena de nieve se ve a lo lejos
huesos sobre huesos desde cerca,
una tormenta
apenas es un niño bramando en esta cordillera.



II

¿Ves gente morir asesinada por Dioses?
No: ves gente morir asesinada por gente.

Ves!
entonces salta!
salta para hundirte en ese mar de huesos
sumergirse en la muerte es amar
las esquirlas se repartirán
salpicando tras el impacto de tu caída:
sobre aquellos con techo se harán estrellas
y sobre aquellos sin techo se harán palacios
 allí en la paridad del abrazo puro,
donde todos entregamos la vida en un instante,
podemos pactar por y para todos alguna cura.

Siempre fue así el mundo hijo.
Siempre será así el mundo hijo.
Alguna cura. 


III

Ilógicamente
denominándonos vivos
izamos la luna por las tardes
para mirar sus cicatrices
divinizamos la bulla
para ahuyentar la brisa
alzamos la mirada enemiga
para inventar enemigos
escribimos sobre las hojas de los árboles
algo para nosotros mismos:

"me tomo como la pluma
me beso como a una roca
eres mi doble sin ojos, miedo de mi. "

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