martes, 30 de julio de 2013

miércoles, 24 de julio de 2013

En la repetición esta el futuro


Liberan a 500 árboles
Porque no tenían como alimentarlos
Liberan a 500 peces
Para verlos nadar correctamente

En la repetición esta el futuro

Liberan a 500 libros
Que aleteaban desesperadamente
Liberan a 500 hombres
Porque la guerra había terminado

En la repetición esta futuro

Caen 500 avellanas en la avenida principal
Caen 500 puentes y 500 miradas

En la repetición esta el futuro

Caen 500 muros a manos de manifestantes
Caen 500 piedras sobre 500 policías

En la repetición esta el futuro


Liberan una bandada de enormes cántaros
Aproximadamente 500
Llenos de agua hasta el borde
Y extrañamente la superficie de cada uno
No ondula por causa del movimiento
Ni del vuelo
Ni del viento

En la repetición esta el futuro

Son pequeños espejos
Que se alejan de mi
y por efecto de los 500 soles
resplandecen cuando están oblicuamente
frente a ellos,
de noche
500 estrellas son nuevas
y soplan vientos en 500 direcciones nunca antes sentidas por mi piel

En la repetición esta el futuro

luego al otro día
se olvida el suceso
y cuando se mira al cielo
o cuando se siente el viento
o cuando vemos un libro
posado sobre un velero
e incluso cuando están las avellanas
teselando la avenida con su suerte de salto al vacío
nadie sabe quién liberó a quién
ni como cayeron las cosas
ni cuántas piedras fueron
o cuantos hombres murieron

en la repetición esta el futuro.

lunes, 22 de julio de 2013

inesperadamente entre barrotes


Hay sueños
sembrados en las noches

Aún cuando la luna
Se derrama

Si estuvieras tú
Aquí enjaulada

Seguirías siendo todo
para siempre
Estaré esperando tu llamada

Mi rostro, mi rostro: la luna. 

Diciéndome cuanto es que me quieres
Surcando las nubes a tropeles

Ahí llamas
corazón tu nombre
No hay barrotes  forjados de silencio

Libertad
sin cartas blindadas
alturas por ti inesperadas
no son rocío de sombras

alturas de ti que se propagan
a la velocidad de tus miedos
mirando frente a frente
el dolor de sus ancestros

Hay sueños

Hay sueños
Sembrados en las noches
Y nada puede controlar lo que yo siento
Y Que yo calle
no significa estar del otro lado del espejo
Es sólo que tiendo a ser de hoja
Palabras silenciosas:
Crepito en otoño
Y ese secreto es toda mi verdad.

Diciéndome cuanto es que me quieres
Surcando las nubes a tropeles
Ahí llamas corazón tu nombre
No hay barrotes
 forjados de silencio.

hoja espiral

Te miro fijamente sentado aquí en mi pecho
y desde mis cumbres estiro los brazos
el torso,
se muestran las vetas escondidas de mi cuerpo
se abren como rosas a destiempo
para dirigirme a ti con la verdad:
vi una hoja caer como un cuadro
que lentamente se mueve
engañando los ojos
una ilusión de la vida: el museo ancestral.

vi una hoja caer
              desde alguna ventana fría
bailaban sus alas en una espiral
intensa, mágica
como dos pieles en vorágine,
tú eras su estela
tu blancura, tu introspección
tu mirada de giros de rayones en mi espalda
reflejando el viento castaño
el cabello de otoño
todo estaba en ti esas tardes
incluso un gran árbol
sostenido sobre nuestro aliento
erguido en la tensión de todas nuestras palabras abandonadas
                    en el cuarto viejo del tiempo
                    en la niñez del amor que solloza

yo estaba en ti decorado de crujidos secos
de dorados ocasos, de cuerpos marmóreos paseando
yo estaba en ti en una oleada de marrón
y rojos cerezos
y bosques circunspectos.

Me enseñaste las semillas más poéticas:
las que tienen alas.

La espiral del otoño las guardó en una cajita
esperando entregártelas,
cierta vez
vi una hoja caer
y tu naciste antes que todas mis sombras
eres fuerte, profunda:
oscura como el sabor de la sangre,

la verdad es que sí... yo apenas me sostengo
apenas se decir sentado aquí en mi pecho
y desde mis cumbres :
se feliz.

lunes, 1 de julio de 2013

Como una estatua


Un río de formas deambula en mis maderos
hacia abajo cae este mar de pétalos
las sombras, los recuerdos tumultuosos
el amor que se transforma en un sueño
una nube alta y clara
se desvanece allí en mi reloj...

un niño pequeño esta indefenso
mirándonos.

Mi cuerpo tibio se agolpa sobre mi cuerpo
desde adentro empujando los deseos
mi cuerpo frío se aquieta con la luna
desde adentro se apuna en tu cabeza
y te miro desde lejos
con la dulzura del tiempo.

Un cielo plano
palidece por completo
estar bien es una letanía de las conversaciones
mi piel no se contrasta con el día
soy casi un hermano de este cielo
idéntico en su agonía, en su azur
te alcanzo, te acaricio con palabras otoñales
Y el invierno ya esta encima…

que suave pavesa la de estas horas
y que suerte tener esta orquesta
golpeando mi techo
ahora que ya nadie llora...

y el niño seguirá quieto
como una estatua del amor que fuimos.