martes, 23 de noviembre de 2010

El salto de una paloma

sentí la muerte en el crujir de un alarido
cuando se rompieron los espejos en silencio
vi mil imágenes franqueando estertores
y alas revolcándose en el dolor inmenso

Todos pasaban altivos sin mirar el cadáver
plomizo, violeta y níveo
crucificado de nada
mirando el cielo de todos
examinado por un ejercito negro
desnudado poco a poco por un oxigeno oxidante
por las marcas de las mandíbulas hambrientas.

hoy amaneció para votar la pluma.


II

hoy amanecí sin árboles.
hoy no comparto la sangre.
hoy necesito besar
encontrar el fundamento del pistilo
en el umbral de las rosas mas lozanas
anclar la bandera de avalanchas blanquecinas
decorar de ceguera la luz de la mañana.

mis razones se vierten copiosamente
regando los rincones de la sequedad eterna.
hoy amanecí sin caminos.
hoy he visto la muerte de mi ave
en una avenida concurrida
donde, avocado el dolor en hacer lo suyo
acariciaba aberturas submarinas
de peces musculares
y corales sanguíneos
cubiertos de irrigaciones
que husmeaban las profundidades de las horas.

todo se retorcía con prisa
una orquesta de brisas
y la última llamada de la boca
como corno retumbante de humadera
la muerte, la risa
estaban zanjando el retorno a la nada
un corcho mantenía la ira de un mar apenas
era el asalto de la mirada en sus círculos tortuosos:
me robó la esperanza de un vuelo próximo
vuelo de mi paloma mensajera
que entre sus garras cargaba
la bomba de la única verdad cierta:
el hombre no ama en lo profundo.

martes, 16 de noviembre de 2010

10 años: un delta en luz.

Tiritan las manos y los estruendos
Porque no callaste cada recuerdo
Vienes y vas
Pleamar de lloviznas ígneas
Me abruma negarte, que inmenso dolor
Me agobia el lamento de tus pétalos
No puedo entregarte un pilar
o una soga donde atarte frente a un tifón
Eres tú el huracán
Eres tú aquél lago
sin respuesta al movimiento
Cristalizado, en palabras ariscas
Herido: por tu misma sangre agitada
Manchado de vidrios
Cubierto de areniscas
Te mueres lento
Te rasgas, te apuñalas
Te asesinamos silenciosos
Durante estos años inconexos.

No sé que debo prometer
No sé que debiera realizar
Transcurre como el tiempo
No se detiene tu proceso
El derrumbe de la vida
Saboreando la aceda delicia
Palpitan los anos de tu regazo
No pueden con una caricia.

Yo tampoco aprendí muy bien:
Quizás es la pequeña cuerda
Que nos imanta desde nuestras orillas.
Abajo nos espera la incertidumbre
De caer en manos de una brisa.

Quizás ceder, aparentar una sonrisa
Rodearnos de agasajos sin motivos
Perdón:
Dejaron de existir los motivos.

En tu cama cierras los ojos a medias
Nunca duermes en la tormenta
Claro esta cerrar las ventanas
Cubrirse la cara
Apagar las velas
Nunca duermes en la tormenta.

Procuro silencio pero sé que espías
Yo siempre me delato
con mi sigilo abrupto
Torpe, temeroso
De la ira que te llaga
No quiero ver más profundidades
Me basta con la imagen que se aleja
Difusa, ahíta, en el vaho del cigarrillo
No quiero ver los pozos
Cuando te niegas en el espejo.

N crucifijos te ornamentan
Y la noche se aposenta
Sobre las formas que te quedan
Sobre las sombras que florecen.
La noche sedienta, parásita, te rodea
No puedes huir de la miseria que nos pesa
Y ya no sé como ayudarte a escapar
En un dédalo eterno y contradictorio
Cubierto de espejismos antiguos
Arrastrados por los intercambios
Por todas las cadenas ribonucleicas
Contagiosas del mal
Pandoras sin caja ni envoltorio
Ni cinta, ni jolgorio, ni cánticos hipócritas
Felices anales de la nada
Todo está en esos enlaces
Que te han moldeado
Que han respondido por ti todas las preguntas
Que han negado y aceptado por ti
Todas las propuestas
Hélices compactas, cargando el pasado:
el presente de los que fueron.

El eterno pasado/ de moda
El interno pasado/ de moda
El alterno pasado / de moda
Que no pasa nunca porque estamos en él
Nunca de frente al futuro
Siempre de espaldas a él
No sé como sostener este vértigo
No sé como alcanzar tu alma sin distancias
Que veo al fondo de todos los rincones
Donde comienza a terminar la luz
Esa, que irradió tu cabeza
Cuando hizo explosión de carencias
¿Cuánto valor habrá de consumirse en tu fuego?
¿Cuántas madres tendrán que tener
un reloj mágico de arena?
¿Cuántos cielos tendrán que morir?
Para mostrarte el mundo con otra cara
Y otros ramales donde esconder la mirada
Y otros susurros que os besasen los oídos.

¡Oíros dejando las manos caídas!
Sentid el hartazgo de todos por ti
Veros en la podredumbre de las ideas
Veros no siendo jamás un hermano del lucero
Ved las estrellas en un negro infinito
Ved tu pupila manchada con un velo de gritos
¿Cuántos momentos donde caigo rendido, eres parte de mi respaldo,
Eres mi abrazo incomparable?
¿Cuándo nos quisimos que no lo recuerdo
Cuándo nos miramos sin neblina de mañana
Cuándo fuimos la misma tierra de piso
O el mismo catre de araña
Cuándo fuimos la misma ventana de aviso
Cuándo abrazamos la misma idea de papel
Cuándo escapamos juntos de una guerra
Cuándo encontramos las risas desde el vaso
Cuándo pintamos la lluvia del vapor
Cuando anhelamos la siesta de un padre
Cuándo lamimos la cuchara del infinito
Cuándo encontramos un tesoro en una canción
Cuando inventamos caras en la gota de aceite
Cuándo nos burlamos de un mito que creímos cierto
Cuándo disfrutamos el ritmo de un vidrio estrepitoso
Cuándo escalamos la plaza y escondimos secretos en los árboles
Cuándo cazamos galaxias en palomares llenos de avispas
Cuándo regresaras sin comentar tanta pesadilla?:
Nunca.

¿Qué señal podrás realizar
Cuando regreses de aquellas tierras?
Espero apagues el cielo
Curves cada rayo solar con tu aliento
Incendies un planeta de fuego con llanto
Cualquier hecho de relevancia particular
Creeré que eres tú regresando
Cubierto de un calvario inmenso
Pero digno de virtud
Montando caballos de cieno
Y saliendo victorioso de panales asesinos
Cayendo en el abismo de un vericueto tortuoso
Pero con las alas sombreando tu pasar sublime.
¿Cuándo la mentira bastarda dejará de carcomer tu fiereza ¿

Esperaré intenso aquél momento
el barco se va a lo lejos
en el viaje de la espera
el mar tiene reflejos de pañuelo
la sal se seca en tus párpados
nuevamente un carámbano de identidad
de frustración
se apodera
se seca
Cambio y fuera.

jueves, 11 de noviembre de 2010

cuadro pequeño de bruces

Mi lenguaje, el de mis padres
Cada rictus, de la tarde
Los caminos y sus hojas
De la tierra sin instantes

Pausado, observo la delicia
Un rayo, delata mis colores
Aromas dulces inflan flores
Eclosión, primavera y nubes
Falta en mi cara una caricia

Viera la noche como busco
Fueran los sueños realidad
Es lentitud inquebrantable
La mentira de cada verdad

¿Como es posible la trama
Que se deshila sin tener piel?
Quiero una vela sin sombra
Quiero libar la miel con miel
Amar sin caer
Amar sin caer.

Viento susurra sobre las alas
Pasajeras de un nado eterno
Canta montaña el advenimiento
De una palabra que sea paz
Y nada más, no aquél solaz
Sin faz ni aliento que dar
¿Hasta cuando esperar?

¿Hasta cuando esperar?