El ciego calor ya partió de mi
alado cristal con mi nombre
con mi rostro
con mi voz de norte
aquí ya no queda algo de mi
extraño incesantemente
e incesante el vitral sonoro
asedia mi tarde
con un sin aliento de gotas.
Viento llévate este tiempo de sobra
y llévame al umbral del día
donde el retorno será mi sombra
donde el retorno será mi descanso
y los recuerdos de sangre.
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