lunes, 23 de septiembre de 2013

Ante el juicio del tiempo


los besos se alinean en receptáculos delgados
sobre una fina frontera de sal
que brilla en el viaje de una brisa
que florece innumerable en esta noche
donde las estrellas son los peces
y los árboles el mar

los besos son de cobre
las carcajadas demás
las historias de otros están demás

están las cosas pactadas por la forma
la forma en que me miras
rodeando los espacios que me hacen
la forma en que te miras
allanando el espejo virtuoso
                y virtual de tu espesura compleja

         llena de matices alargados cabellos
llena de rojizos bosques recuerdos

el tiempo que nos lleva es alargado
el beso salivando densidad
se estira en esa línea
en esa cuerda ligada a un número de pactos mudos
los besos se alinean como los planetas en las ruinas
y los hombres que pasaron aparentan la muerte

estamos llenos de ella, mirándonos
estamos sobreviviendo por ella: alándonos
en la parábola de las cosas que apenas se miran
sobre todas las cosas justas: mirándonos
lo que sea su ayuda: pidiéndonos
recurriendo a los hijos: salvándonos
implorando a la biblia y crujiendo
enormes en la última línea del beso
en la última mordida del canto
la mañana se aproxima, bebiéndonos
la cabeza se repite pensándonos
entonces el puente delgadísimo que respira de nuestras bocas
se hace una gota
cayendo abruptamente al piso
que bailado quedo sobre los zapatos
sobre los pañuelos que improvisamos
sobre las vueltas que no nos dimos
cayó la gota del beso
y ahí quedamos irresolutos ante el juicio del tiempo.

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