los besos se
alinean en receptáculos delgados
sobre una fina
frontera de sal
que brilla en el
viaje de una brisa
que florece
innumerable en esta noche
donde las
estrellas son los peces
y los árboles el
mar
los besos son de
cobre
las carcajadas
demás
las historias de
otros están demás
están las cosas
pactadas por la forma
la forma en que
me miras
rodeando los
espacios que me hacen
la forma en que
te miras
allanando el
espejo virtuoso
y virtual de tu espesura
compleja
llena de matices alargados cabellos
llena de rojizos
bosques recuerdos
el tiempo que
nos lleva es alargado
el beso
salivando densidad
se estira en esa
línea
en esa cuerda
ligada a un número de pactos mudos
los besos se
alinean como los planetas en las ruinas
y los hombres
que pasaron aparentan la muerte
estamos llenos
de ella, mirándonos
estamos
sobreviviendo por ella: alándonos
en la parábola
de las cosas que apenas se miran
sobre todas las
cosas justas: mirándonos
lo que sea su
ayuda: pidiéndonos
recurriendo a
los hijos: salvándonos
implorando a la
biblia y crujiendo
enormes en la
última línea del beso
en la última
mordida del canto
la mañana se
aproxima, bebiéndonos
la cabeza se
repite pensándonos
entonces el
puente delgadísimo que respira de nuestras bocas
se hace una gota
cayendo
abruptamente al piso
que bailado
quedo sobre los zapatos
sobre los
pañuelos que improvisamos
sobre las
vueltas que no nos dimos
cayó la gota del
beso
y ahí quedamos irresolutos ante el juicio del
tiempo.
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