El barco zarpó hace siglos de mis ojos.
El pájaro de nuestro cuarto
retorna a la tierra y olvida sus alas.
La primera promesa del hombre que fui
solo la conoce un charco.
Se ha levantado apenas la luna herida
quiere ver tu piel esmaltada de si misma.
Un llamado del mar hace eco esta mañana
con preguntas tan profundas como tu cama.
Hágase la luz en la oscuridad de mi cuarto
Dios por favor.
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