lunes, 14 de julio de 2014

Ningún jugador reclamará su turno



Las noches abundan
buscan mutuamente en sus cuerpos 
las constelaciones más raras
se juntan cada vez más
los clavos  aprietan estas láminas
y forman una sola noche
un arrebol de lunas y soles y planetas enormes
comprimidos en un solo plano que recuerda una carta
y crece desde las sombras a las sombras
para olvidar lo que pasó
o lo que pasa.

Así las cosas
no sentirás culpa
ni tampoco añoranzas
porque todo esta tan junto y lejano
que siempre pareciera la misma noche. 

Las noches abundan
abrigándonos desde su altura
conmoviéndonos con sus luces
que sentadas sobre nuestros hombros
iluminan el amanecer
de lo que aparenta ser nuevo:
para así no perderse
o recorrer lo que se ha perdido
sin embargo claro esta
es siempre la misma...
la misma ilusión.

Las noches abundan
se miran
se juntan cada vez más
entre el tris de esa presión por la unidad
y todo comienza a ser una mezcla homogénea:
todas las cosas idénticas, los rostros, las estrellas:
una misma carta sobre el escenario infinito nos representa
y ningún jugador reclamará su turno.

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