viernes, 20 de febrero de 2009

Santiago


Aquí en la ciudad se escucha la lluvia
De ladridos de perros en la noche

Aquí en la ciudad se oye el canto del mar
de micros amarillas pintadas de bonitos colores primarios

Y secundarios, y de la mezcla más ambigua que en los grises pinceles secos nacen.

Aquí las moscas viven más de 24 horas
Y viven en brazos de niños que piden dinero
con sus brazos que no saben otra cosa más
que estirarse por una moneda que otro brazo
le brinda por lástima, o por lástima

Aquí las madres pasean a sus hijos como trofeos
Al sol, siendo excusa para brindarle una moneda
como al niño de brazos estirados.
Ella, también estira sus brazos, es madre
Biológicamente hablando o Técnicamente escribiendo
Quizás, pretende transformar el pavimento en oro
Y ser una gran alquimista
O transformar al capitán Ignacio Carrera Pinto
En un vino de mesa y el vino de mesa en vino de cuneta
como hacen los jóvenes.

Aquí en la ciudad los jóvenes se disfrazan
para escapar de los niños que piden monedas
de las micros amarillas pintadas de colores primarios y secundarios ofreciendo viajes,
y de las madres que ofrecen a sus hijos al sol.
Los jóvenes escapan por muchos otros motivos
También por los perros o las moscas

Aquí en santiago,se caen las pestañas
De tanto cerrar los ojos

5 comentarios:

  1. santiago ya no sé que hago

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  2. Tú lo dedicas a Santiago, yo bien podría dedicarlo a San José... Somos hermanos, no solo por la historia sino también por la desidia.

    Me gusta lo que escribes :)

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  3. pestañas que son barridas, día a día,
    de la calle, del pavimento.
    más ya nadie ve a quienes las corren,
    porque no las limpian.
    los parpados tampoco sirven para olvidar
    esas imagenes
    que al cerrar,no hacen mas que palpitar.

    con gran afecto para pipo
    .

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  4. Que gran final... muy bonito texto.

    Me gustó harto lo que expone...

    Sigue con lo tuyo ...

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  5. aquí en Bogotá pasa exactamente lo mismo... es increíble como son de similares las ciudades latinoamericanas... Ciudades prostitutas donde el dolor y la miseria aparecen en cada rincón.

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