martes, 10 de febrero de 2009

Testigo


He sido testigo de un nacimiento

Mas no cualquier evento
Humano y de momento

He sido testigo de un nacimiento

Cuando te vi, Vivir por ella
Quien quedó, detenida y congelada
Por decisión del tiempo


He sido testigo de un nacimiento

Cuando te vi, sentir por ella
Siendo la duda de todos
Que ella sentía
Como la flor más bella

Que sentía, cada paso del momento
Del dolor, del amor, del dolor.


He sido testigo de un nacimiento



Cuando el tiempo en sus lapsos me domina
Y la luna se resigna
A ceder su lugar en el cielo
Justo, cuando mis ojos ya no tenían
Horizonte remoto donde volver a mirar
Porvenir lejano, ajeno, imposible sin viento



He sido testigo de un nacimiento



Cuando te vi, morir y volver a vivir
Sólo por ella, que del sueño aun no llega
Y en parajes claros camina, a paso lento.

He sido testigo de un nacimiento

Te vi, te fundiste en su piel
Te quemaste en su fuego
Te entregaste a sus miedos
Te aferraste a la cima, con ella en tu espalda
Te enamoraste de dos vidas
Que vistes y desvistes
Que bañas, secas y trabajas sin aliento.

He sido testigo de un nacimiento


Cuando le cuentas, las angustias que has recorrido
De sueños perdidos, en las nieblas del futuro
De tus miedos más ocultos, en las noches sin sentido
Ahí, el abrazo y su tibieza
El palpitar dudoso en tus oídos
La respiración en compás de paz
Ahí, el silencio de su calma es respuesta a tus palabras.



En ese mismo instante en que te niegas
Y te resistes a la cuenta regresiva
Que persigue a cada quien que yace en vida

Justo, en ese reflejo fortuito
He presenciado el germinar de mis anhelos
He sido testigo
De la raíz de aquellas preguntas
Que en mi cabeza son eco, son eco.
Justo, en aquél segundo más lento
Cuando sus miradas rompen el tiempo:



Nacen las palabras más bellas.

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