domingo, 8 de mayo de 2011

Se ha ido el cielo

Los vientos se fueron con el viento
Nadando a paso rápido
Zarpando lejos a vela de pájaro

Se fueron con el viento también las palomas
Y los hombres que nadan caminando
Y las manos tremolantes de caricias
Y los ojos viajeros
Los ojos del arrojo perfumado
Sobre la piel de la luna
Sobre la piel de una carta que inicia su búsqueda
Sobre el suspiro de la carta que tiene pluma
Y mano sobre la letra del destino.

También
Marcharon las alertas confusas
Sobre nubes arrepentidas
Mirando a través de sus hombros
Lluvias, retazos del lenguaje del cielo

Más aún queda por contar
Que se ha ido el cielo de una vez por todas
Tomando sus maletas y todas sus cosas

Entre aquellas las estrellas
Los silencios
Los espacios posibles donde girar pueda un orbe
Y estar un hombre y hablar con la duda.

Sin cielo, no hay preguntas.
Sin diferencia no existe lo que existe
y somos diferencia pura
contradicción enorme
somos sin cielo ahora
porque la poesía juega con todo sobre sus hombros
la alquimia carcelera del verbo acucioso
monta la noche y escapa con manto
gritando a los pueblos
que en sus casas esconden hijos

¡se ha ido el cielo!
¡se ha ido el cielo del abrigo!

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