jueves, 27 de septiembre de 2012

Cunas y balanzas


En las cunas se amamantan 
En biberones a punto de estallar
Sobre una balanza de huesos
Se acunan las cunas
Y dentro de ellas
Las bestias se alimentan
Lentamente
saboreando el dulzor de la ceguera
succionando en un compás oscuro
La leche agria que sale de una cueva
Como carrozas antiguas
tiradas por esclavos heridos
Desesperados por la gota que llora la tierra:
Beben las criaturas de las cunas
las próximas justicias van creciendo
copados de padres sin ancestros
engordan y crecen. 

La certeza es que la justicia será una masa deforme
Y En las cunas se arroparán a estas cabezas
Que sin cuerpo esperarán su existencia
Cabezas con alas y ojos enormes
Buscando el nombre eternamente
 para su propia sed
  que padecen
    y que no llega.

“Entonces las miradas fueron albedrío
En la primera batalla que definió el destino
Y ahora las armas se reúnen
Para reconocer su falta de tino
Y no haber dado fin
En aquél extraño suceso
A esa cuna y su primer respiro”

La certeza es que la justicia
será una gorda
Enorme 
sin dirección ni sentido
Y yo estaré ahí sentado a la derecha
 De mi nada todopoderosa
  Esperando el fin de las cunas
    Del dios padre 
      y de los hijos de la ausencia
          Y del creador de esta locura
    Para regalarle un aplauso de belleza 
    una árbol pez y una sonrisa como epitafio. 

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