miércoles, 25 de agosto de 2010

Mil seiscientos. (Inspirado en un verso de Bécquer)

¿cuando debo?
¿escribir hasta?
resquicios cubiertos
innumerable mugre

sé que deseo
sobre mí pavimento
y lugares donde
!Ser un NO
que estalla¡

sé también, no puedo
ser las dos al mismo tiempo
tanta intención que esta en el borde
mi cuerpo escapa de mi cuerpo

llama quemas
entrañas con dagas
lluvia de gotas
que están ordenadas
lluvia de extraños

Y caen mil

!Mil seiscientos cuerpos
sobre las aceras¡

cerraron sus ojos.
yo cerré mis puertas.
todos los otros
siguieron con vendas.

¿hasta cuando debo
escribir que esto acaba?
¿hasta callar la tierra
y todos los nombres?
¿hasta ser asesino
de nuestros asesinos?
¿hasta cuando gente
que la sombra apaga?
¿hasta cuando muerte
no te haces presente?


navegando sobre el aire
dispersando pensamientos
albergar toda esperanza
esperarla y esperarla
nunca llega la mañana
nunca cantan las palabras
las ocultan esas ratas
nos enjaulan en su engaño
que baratas artimañas
nos embaucan los siniestros

¿hasta cuando quedaremos
descubiertos por completo
desatando la ira plena
levantando el desconsuelo
sobre aquellos que acaparan
tierras vidas mar y cielo?

¡vamos que ya estalla!
la ira de las palabras
el odio más profundo
se ha partido mí alma.

los huesos desvanecen
de viento que no amaina

han de sufrir consecuencias
¡se han partido las almas!
las manos
todas las asperezas
porque todos nos evitamos
cual empañados ojos
con tormentas sobre tormentas

caen rayos
me quiebro en mil piezas
torvo de rostro
agrio de letras
todos los otros
cubiertos de impacto
el miedo hace paso
sus bocas son cavernas
todos los otros
tiene ríos en su piel
si, que nada quede vivo
ya no quedan escondrijos

!Caen Mil
Mil seiscientos rayos¡

y todavía no amanece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario