miércoles, 9 de febrero de 2011

En zancos o reptando. Siempre sobre lo zarco.

Pasa un tren borrando el riel
Azul el cielo
Azul el bosque azul
Azul lejano y acuarino
Azul el bosque de la luna azul
La luna azul del reflejo azulino del riel
Volvemos al círculo azur
Azuzando profundas conexiones
Sur azur de viento frío
Serpenteo en recovecos
Me oculto en el último lugar oculto

Manchas de agua desnudan los miembros
Las piernas acedas se anclan al valle
Viento, susurros, lluvia de mares
Largos horizontes y pasos significativos
Lenguas que terminan su vida
Ojos que se abren camino
Piel de pétalos sin rocío
Ínfimos pétalos de tallo sombrío
Hojas índigas celestes como ríos
Todo esto esta escarchado
Cielos nublados, colores mortecinos
Garzas umbrías cargando cuerpos
Dejan caer a nueva vida la carne congelada
Acróbatas del salto en muelle cristalino
Fallan sus piruetas golpeando sus cuellos anodinos
Un hombre avanza y otros son dominós en efecto
En efecto dominados
Azulados.

Suena un ruido insoportable
Al costado de la cabeza expectante
Despertando entre la línea de vivo y dormido
Caen catacumbas atronantes y devastadoras
sobre un pequeño cuadro abierto
A la significación del tiempo y sus movimientos
Movimientos sobre lo que no es
Pero nos permite ser.

Todo eso esta congelado
Un termómetro allá lejos
Sobre los cielos que imaginamos
Quedo sin números para contarnos lo sucedido
Quedo sin aire sin tierra sin fuego
Sin agua quedó todo lo sucedido
Es decir, lo que estamos siendo cada instante.

Somos esa vela que se apaga lentamente
Dejando hollín sobre los techos que compartimos
Efluvios de reacciones que compartimos
De maneras insignificantes
Escribimos, dibujamos
Cantamos e interpretamos
Nunca quedamos
Hollín negro manchando aristas
Dejando una huella indescriptible
Incompartible, inseparable de nosotros
Que fuimos siempre que somos
Fuimos siempre que somos.

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