lunes, 28 de febrero de 2011

Nercón, Llicaldad. Contemplación

I

Un enjambre de señales
Llegó con sol puesto
Arbustos, vientos, troncos incalculables
Todo esto: es todo esto.

Y sólo un hombro carga
Con brío la madera
Las distancias azules
Las tierras carcomidas:
Hombros de hombres

No tienen paisajes ocultos
No tienen palabras acedas
No imaginan posibles mundos
Ni demuestran negando a cualquiera

Sólo concha, sólo lluvia
Sólo copa, sólo escucha
Todo es mochila ligera.



II

Hoy: hay baile nocturno
Alas, pasajes
Pasajeras de paisajes sobre vidrios
Mosquitos y brebajes
Sorbos interminables
Nubes me ensombrecen
Me embellecen, me amargo
Brillo en el verbo, me acerco
Soy mil quinientas formas
Y una al mismo tiempo.

Los elementos son muchos
El orden de estos: único y sin movimiento.




III

Prescribo vinos y tormentas
Humedades, mohos sobre monumentos
Todos seremos moho
Vahos, flores, jardines
Alas, listones, planchas, alientos
Todo lo que seremos
Nos tiene siendo

Vaya, la verdad hipócrita
El filósofo del lamento
El cantor del nublo
Del cielo sobre los cielos
Uno más alto
Que la sangre barroca
Maja de manzana corazonal
Pasional, la vida de intenciones
¡Comprende mi marea!
Mi llama insostenible
Enorme corazón abierto
Que Abre la palma del vientre
Abre la llave del cerro
Bebe hasta no ser un cuaderno.

Proscribo el frío
El carbón y todos mis agujeros.


IV

Pelaje taciturno
Rubios veleros de insectos
Trigo, papas
Tierra en todo adentro
Cuéntenme del primero en ser devuelto
Ese primer hombre
Ese primer ojo que llamó por su nombre
A las cosas que eran cosas
Quemando poco a poco
La cara de los cerros.

Moras bailarinas
Nalcas secas
Zumban alas
Todo empieza y acaba.

El límite del pecho abrazado
Hincha puertas de silencio
Que aguantan piedras hirviendo.

Recuerda el volcán donde fuiste
Recuerda aquél vuelo
Recuerda su pavesa
Ligera
Tu temperatura
Ya no tiene calor: eres tierra
Eres olor
Raíz sin razón de ser
Busca, busca sin razón de ser.


V


Los cascos aromáticos
Perfuman el café de la tierra
Ovejas sin modos
Comen con la boca abierta.
Ahora puedo escribir viento
Y no tengo que mentir
Esto es real, pasajero y violento
Suave, amor de los aires
Respiro gente y mares
Y azules respiro.

Los bosques reclaman sus muertos
Sus monumentos vencidos
Se yerguen
zozobran
Alternando sus motivos
Izan los latidos del contra crecimiento
La raíz contra gravedad
A favor de un cimiento
Profundo, inextricable
Incognoscible oscuridad del pavor
El pavor sin luz
Absorción del bien
Siempre sobre seguir bien
Trata esto.



Adelante movimiento
Estoy quieto
Y camino cuando quiero: tome asiento, si desea por supuesto.






VI

En todas las porciones
De barro hay cuerpos
Esqueletos
Aros
Zapatos
Hijos, nietos, animales
Conchas de asados
Dibujos borrosos
Difusión del todo por el todo.

Cazuela de manos
Arroz de codos
Tierra de olla sin peros
Tierra de gollete largo
Ya caigo
Ya caigo sobre tu vino
Me embarco
Me empecino
En volverme vidrio
Una copa
¡serviros todos de la gota!
Que sangra pluma de distancia
Celebrad el advenimiento
De una nueva forma de morir: escribir.

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