miércoles, 18 de diciembre de 2013

Las cosas que he perdido.





La oscura libertad que nos bifurca
la suave imitación de los pasos ajenos
la cumbre que se anida para nuestros cuerpos
allí, las ves, dispersas las palabras que fuimos

se van, se van esas cosas que nos unen
a las cimas que florecen sobre cimas.

Las manos entrecruzadas construyendo
una torre de manos que atraviesan las nubes

desde un puente que no ves
estoy yo
imaginando como subes
como alcanzas sirio para borrar algo del cielo
y lo que no, soy yo en la lejanía del rostro
y lo que no, soy yo 
cuando reúnes el tiempo en un vaso de cruces.

El eco que se agolpa en este trecho
se incorpora para ser mi acompañante
un eco de mi mismo
un eco del pasado, de lo errante
de lo propio que ya ha sido:
amor tal vez,
fui un niño sobre el árbol
aquél farol para observar el tiempo de los otros.

¿dónde hallaré las cosas...
las cosas que he perdido?

Una mañana se desnuda frente a mi
en su rostro las dudas son delirio
las hojas livianas siempre cantan
una canción que persigna los miedos
para pintarlos de sacrificio.


Entonces hoy recuerdo a todos
los que fueron mis oídos
entonces hoy recuerdo a todos
quienes fueron mis manos
entonces hoy recuerdo a todos
con la equidad de un dios sin nombre
entonces hoy recuerdo a todos
como cosas quizás
así el recuerdo no es bendito
pero permite sumergirse en lo que ya estaba prohibido:
vivir el pasado.

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