domingo, 8 de diciembre de 2013

Un canto, un tango de amor y odio


Halla la hora el hombre sobre de la terraza 
 sobre sus ojos un bosque baila lentamente

el canto del odio, el canto del amor

los cuentos intensos de las narices que se acercan
los cuellos expeliendo sus semillas

el viento entre ellos nunca separó
el vitral que los congela

aquí se resuelve una nota
que no tiene compañeras.

Sobre sus ojos un bosque baila sin prisiones
sus ojos nunca fueron celdas para nadie
hállase una flor entre las cosas que nunca olvidará

el tango del odio, el tango del amor

las piernas cruzadas contándose la ira
las piernas que se rozan amándose en silencio
y ante todos 
el monumento de los besos primogénitos
la pirámide que les corta el habla
las bocas llenas de nidos
los nidos llenos de hambre
y el hambre que se asienta en un carro antiguo
esperando fuera de casa:
el conductor es ciertamente él.

A lo lejos el hombre sobre una terraza
de mentón erguido  se hace horizonte
vislumbra los colores de la tarde en su cuerpo
mientras un sol amargo  atenta contra la luz


el  peso del odio y el peso del amor
abrazando las cosas que nadie abraza
unas manos enlazadas hacen nudos infinitos
el ocho caído representa
una pregunta como su oreja
el tamaño de un planeta es algo que no existe
el color de una estrella apenas un punto
el amor una diadema 
un ópalo
un zafiro
un cristal angulado y abrupto
una montaña brillante
derritiéndose entre las piernas de todos
el amor: esconde en sus cajones al odio y al amor.
entonces el amor, ¿dónde esta?
¿quién lo ha imaginado?


A lo lejos sobre una terraza
de mentón erguido el hombre de la siembra
es tierra de la tierra
el tango del amor
es sangre de la sangre roja que calla

el tango del odio
de rodillas anclado a un puerto de aves extrañas
abre sus brazos mirando al cielo:
es la presa más fácil.

Hace temblar la puerta 
el calor de lo que viene.

La voz del futuro abre una puerta
atrás de los miedos
para extrañar el último abrazo que vio partir.

El amor ha sido imaginado por la esperanza
y resguardado por la condena.











1 comentario:

  1. Sublime. Tanto tiempo, Anibal. No sé si recordarás mi blog.
    Un abrazo.

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