lunes, 18 de julio de 2011

Pasará

No tengo nada a que temer
No tengo nada que ocultar
A veces estamos inquietos
A veces lo irreal bebemos
A veces las pulsiones llueven
Y todas ellas llueven sin fuero
Formando montañas de silencios
O corazones cabalgando entre dos cuerpos

No tengo nada a que temer
No tengo nada que ocultar
A veces en los sueños soy más cierto
A veces se empecina mi cuerpo con vibrar
A veces el mar se azulea y el blanco se queda
Y todas las espumas me recuerdan
en sus cantos costeros de arenas sin huellas
me recuerdan incesantemente
dibujando líneas en las palmas que me quedan

No tengo nada a que temer
No tengo nada que ocultar
A veces somos diáfanos y débiles
A veces tenemos clavos de otros como miedos
A veces el tiempo nos recuerda la muerte
Que cepilla sus cabellos
Separando el enredo de las postales cobrizas
Que brillarán en su momento
Único y preciso
Y en ese movimiento
Seduce el aire
Serpentea el aire
Maneja en espirales a los auditores de la vida
Y yo permanezco a veces
Siempre a veces
Con historias mínimas
Que tienen sombras gigantes
Color de ánimas
Sabores indescriptibles
Tacto insípido
Y finales
Siempre finales.

No tengo nada a que temer
No tengo nada que ocultar
Por los siglos de los siglos
Esto pasará, esto pasará.

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