como un barro palpitante ante nuestros pies
yo soy quien predica libertades
pero sigo manteniéndome severo
Estatua de mi erial.
Una mano se arrastra directamente hacia el sol
su propio sol
quiere poner su dedo y hacer la sombra inmensa
¿cuánto frío tendrá esta mesa
llena de reyes falsos?
la temperatura de los muertos olvidados
la temperatura de las manos abiertas
Se avecinan las respuestas como olas
Se avecinan pájaros cortantes
Se avecinan objetos reemplazando amores
y amores en lugares escarchados
Los hombres caminan como raptados
por sus propios silencios
Los niños no conocen el pasado
que había entre los árboles sagrados
Se emancipan las mentiras entre las verdades
las mujeres cargan al hombro sus propios huesos
y en la bolsa parecieran crepitar
queriendo decirnos algo:
¡se musicaliza la caravana vórtice!
¡se musicalizan las advertencias de la sangre
las corrientes sofocantes de las filosofías añejas
es posible bailar las mentiras de Dios entre tambores
que aluden a los corazones presentes!
Hemos sido convocados a un lugar para vivir
y
crecemos en nuestras nuestras cabezas
somos la luna más pobre
iluminamos solo nuestras noches
muriendo de sed
somos la muerte más cierta
somos la cantidad justa en la medida justa
somos injustos en todas las direcciones
somos emancipación como verbo
explotación como días
somos grises campanas de las tardes
y vulgares sueños en las noches
debemos escoger la fiereza
que nos grita la verdad todos los días.
abandonarnos en la miseria
abandonar la propiedad supuesta
lo propio
sus propios
los nuestros de nadie.
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