miércoles, 13 de octubre de 2010

eso de la espera, de la veta de un beso

Tú podrías afirmar mi torbellino
la oquedad de las distancias sin motivos
tienes donde reguardar tantas preguntas
levantar fuego y desatar penumbras
me callas, ojos zafiro tú me nublas
eros de nube que respiro iluminada
tamaña palma cuando me cubres y anochece
lunares brotan, claman, me entorpecen
¡ay de tu piel en mis ojos azorados ¡
brillas, engañando tus quebrantos y mis siglos
mientras nada pasa inadvertido; claro
eres sin ser quien eres cuando te veo
y si no fuera de esta forma mi hallazgo
no te reconozco
en los confines de tu imagen.

tu podrías reiterar cada horizonte antaño
al fin infinito, al ocaso estrellado
pétreo en granito
contemplo tu estatua
de luz, tú, grávida luna
cruz, ánima del mar
helando, que vienes y vas
inmersa en los poros de mi arena
¡espuma de los cielos, zarpan velas!
anclamos codos e ilusos anhelamos
silencio y miradas paralelas que se imanten
y hablamos, entre señas de aquello
marcamos en secreto las paredes
asiduas las flores nocturnas persiguen la luna
nosotros, el gran momento mudo
¡nosotros estremecernos, en el negro insondable!
atentos y temerosos de si mismos y el secreto
la bandada huye, el murmullo se eleva
sobre todos mis adentros ,más tuyos
más nuestros, los tuyos y los míos
mar de pétalos, caricias de dos rosas
escarceos, mil espinas yacen rotas
y el beso interminable de las horas
que aún no conocen reloj
ni relojero
ni minuto, ni engranaje rotatorio
que cantasen el velorio astral
del tiempo estirado.


Tú no sufres por no tener palabras
para describir cauces sin río
o pórfidos enormes
que interceptan caminos
ya lo sé
oyes campanas en mi pecho
requiero de palabras para construir la vida
mas sabemos que no hay distancia
entre nuestros versos, escapes o guaridas
abandonemos esa mala costumbre
de ahorrarnos lo que somos
cuando estamos al interior de la esfera
ocultos, esperando que suceda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario