miércoles, 27 de octubre de 2010

La manifiesta desolación del cuestionamiento.

I


En las noches de aes caminantes
En los silbidos de ies metálicas
En los ramajes de oes asombradas
En los aullidos de ues delirantes
En los versos de es, que fenecen en la duda:
Están caminando a lo lejos con forma adulta
Los niños, las mujeres y los hombres
Irguiéndose, bípedos, sobre dos pilares trizados
De expresión compacta y cuerpos monolíticos
A E I O U en orden automatizado, sistémico alter
Nativo, nado nativo, nada vivo, nada dativo por el para
Para nada, esto es para realzar la carencia de objeto
De cosa que asuma existencia en ideas, nada de eso:
Todo invalidado por falta de carácter universal y prometedor.

Dando cuenta del régimen que los reúne
Con ese andar de adultos estirados
Vemos esa cárcel de extremidades curtidas
Donde comparten la última cena, ustedes hombres
Donde gotean sudor las paredes por las mentiras
Esa cárcel de la familia pálida
Cubierta en letanías delirantes
Esa familia de árboles resecos de acidez
Y bajo ella, un mantel blanco donde pegar las velas
Y los cuervos de los que no están
Para martirizarse violentamente
Por una a
Por una e
Por una i
Por una o
Por una u
Que ni siquiera somos capaces de valorar
En su cohesión más perfecta
En la crisis más vociferante
En la destrucción de todo valor impreciso
Por la infecta posición de una bandada de cuerpos.
Estamos enfrentados a una posición vulnerable.
Ser quienes somos donde nadie sabe quien es.

Asumo mi carencia de colores
no puedo pintar las vocales
al menos rimbaud los tenía.


II


Ambos lector, tenemos la capacidad de imaginar
Al joven entrando a su casa con un bulto en la garganta
Pensando en que todo el juego
de colores sobre la fachada
Están mezclando en remolinos la verdad más canalla
Una familia de cruces, un perro que aúlla sin espalda
Y una cascada de sangre y una casaca de carne
Una tras otra las oscuridades pasan, mientras avanza
Al interior de esta caverna sin retorno
Sin murciélagos, sin heno, sin recuerdos ni ecos
Sin polillas, sin cegueras, sin armatostes para un fuego
Ni contribuciones para una vida segura.
Ambos lector tenemos interés por como muere un humano
Como se queja de sus latidos, que se aferran al siguiente
Pero menos este joven que
En unos pocos segundos
Ya no sabe por donde empezar a sanar tanta carga
Ya no sabe liberar sus espigas sin cuestiones
Una vida libre; de pensamientos tormentosos:
La esperanza es lo último que se adquiere.


III


Un lagrimal hidráulico
Tiene émbolos con orín
Para alcanzar el pozo de un ojo.

Una molécula de oxígeno nos enseña
Su papel preponderante en la acción misma
¡Su rol maravilloso!: El desgaste.

Corroe desde la lactancia inmacula
En los gránulos colgantes de sus brazos
En el caucho derretido de sus pieles
En sus mejillas de rubor betanino
En la verbalización equívoca de un tartamudo poeta

Viaja por nuestras profundidades; cosechando la muerte
Mil bronquiolos cansados generan vellos obturantes
Cuesta realizar esta reacción repetitiva /inspire y vote/
La inspiración de las máquinas que no mueren
La inspiración del hombre cargado con eritrocitos
Sin núcleo, como ellos que se organizan de la nada
Ordenados con su fierro, imantan cada respiro
La valencia de su moral
Se hermana de cualquier elemento
Prostituyen sus posibilidades de enlace
Porque siempre son nada, acumulando méritos
Méritos, me explico, para un éxito futuro:
El pretérito es su pretexto-soga que los ata
Y los desata en la tortura de la vida.

Estamos violando un templo
De niños sin palabras
Arremetiendo nuestras extremidades
Con la humedad de su hastío

Haciendo variaciones brillantemente absurdas
Del pasado sin origen
De nuestra necesidad sedienta:
Hervir hasta ser parte de un aire sin narices
Arder flotando en el vacío de una estrella
Sin planetas esclavos o moribundos.

Ser una cuerda inconexa de otra
Pero tener conciencia definitiva
De nuestro tamaño, de nuestra forma
Saber que objeto somos en esta imagen
En esta lectura oxigenada
En nuestra combustión progresiva
Hacia un silencio
Que no lo será
Porque nunca oiremos
Ni seremos capaces de aguantar
Tal única certeza
Que nos provee esta realidad regresiva
Nuestro tiempo es un elástico que no amarra nada y se estira por todo.

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