sábado, 30 de octubre de 2010

el final de la costa más lejana

I

Velo diáfano, mantel de arena
“ve” de pájaros, triángulo cometa
Brillos metálicos, constelan las huellas
Trinan todos los muelles, profundos con pasos
Y adentro un barco despide, al mar del regazo
Pequeñas maravillas, erguidas con asombro
Suman las sombras, que jaspean la distancia
Cristales, caparazones
Huesos y quebrantos
Se asoman mosaicos entre las pieles resecas.

A lo lejos
La bandera única, tremolando tres colores
Azur, acero y blanco rosal
Azul marino-acuario, próxima cárcel del mar:
hay manos de hombres desovando.

Esta es una playa de murmullos pasando
desapercibida, sus pies y risas enterradas
en la humedad imperturbable y sus marejadas
todo es eterno, volcado al soplido en mis mejillas
toda concentración del austro
en cada cabeza-escotilla
ensimismada, silente
a toda vela viajando.

Abrazos perdidos entre pétalos remolinos
y un hombre, buscando a un hombre
en el dédalo de un niño arquitecto
quien ríe sabiendo
el ocaso que embiste su guarida de arenal.

él, no ha olvidado las reglas
de la vida en sus partidas
y retornos espumantes.

En cambio nosotros
harneamos las dudas
en nombre del arte
de amores o dioses sin rostros
harneamos las dudas
hasta no distinguir en las manos
lo pequeño de un grano
!lo pequeño de un grano!.


II

Un campanario de tumbas renueva el viento pacífico
un pinar contempla aristas centenarias: grutas del roquerío.

La noche se avecina, murmurando velas estrelladas
las penas abundan aleteando exasperadas
una noche delata el pino destintado
de telón azul, decae el árbol más profundo.

Azul de la nada inconexo de galaxias
se dispersa el negro de la carne vacía
se dispersa el ojo de la llama inane
se dispersa un discurso de certezas saladas.

A lo lejos la luna nos muestra una América gris
pintada de cráteres, abandonada, de atmósfera gitana.
lloran mis despojos un mar incesante.
un barco flota en el deseo de volver al niño
un vaso llena con vacío un abrigo de nada
no hay de que sentir frío o entender algo por triste.

todo esta delante, frente a ti
acabas de sentir las manos con cinco finales alunados
y el amar, amar lapidados
escondidos en los susurros de las estrellas sin telescopio.

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