martes, 7 de junio de 2011

21

Una mirada de soslayo
Vierte el cielo sobre el vidrio empañado
Un pájaro canta la última voz de las tardes
Mientras yo sello el cielo con mis manos

Las nubes renuncian a su paso
Estático el firmamento deja su firma a la noche
Y las lenguas de las flores nocturnas
Buscan siseantes el descanso entre mi piel

Yo desangro las partes de mis actos
Espero sentado en el acaecer de estas luces
En una silla sin reposo.

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