jueves, 16 de junio de 2011

Hombres y recuerdos

I

La insignificancia de todos es el orgullo que cargan
Pequeñas luces titilan con aire de hombre en sus caras
No vengan con llantos goteando, ni mucho menos con cantos
Eso ha quedado allá atrás en el comienzo del olvido

La verdad asecha en las noches, cuando se montan en sueños
Y saben que aquello es cierto, más cierto que todo el dolor
Que todo el cansancio; y entre resuellos lamentan la vida
Podrían ser hombres, podrían.

Vengo a levantar la verdad en sus caras de horror
Como el sol desnuda la mañana que aguardaba en cada cosa
Como la hierba que de noche es hebra negra pero tiene aquél secreto:
El verde en cada largo, en cada brillo que el viento le besa.

Así vengo con la claridad de los ojos que han perdido
Vengo con la llave de un baúl lleno de mares
Vengo con pañuelos capaces de cubrir la tierra
Vengo con sábanas sin nombres
Con hombres sin nombres
Con tierras atentas y abrazos sin nombres
Todo lo que tengo no tiene nombre.

Así he llegado hasta sus tiempos
No estando en el mío
Permaneciendo en la idea
De que todo será distinto y llego
Llego como letra
Llego como puño escrito en otros dialectos
Pero tengo las venas abiertas al tiempo
Y ahora somos los dos universo
Los dos estrellas latentes
Efervesciendo para rellenar esas distancias vacías
Para viajar infinitamente
¡Entonces no es viaje
Es algo más, cada vez más importante que un viaje
Estamos los dos en algún lugar que no conocemos!
somos hombres
Tenemos porque celebrar
Aunque no tengas mi risa
Aunque no esté ahí para abrazarte
Tenemos porque celebrar.


II

Nada de esto ha sido escrito por el recuerdo
Y no es por mí
Que no sé bien quien eres o soy
Sólo ha sido escrito esto
Por ti

Que sé eres un hombre
Y así no me siento tan solo en este papel
Y de ningún modo en ninguna parte
me siento

Por ti
Sólo ha sido escrito esto
Que no sé bien quien eres o soy
Y no es por mí
Nada de esto ha sido escrito por el recuerdo.

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