martes, 7 de junio de 2011

Ventana de invierno

La hoja del ciruelo es una boca muy pequeña
besando en su contraste un cielo de frío invierno
Los dedos grabando sus larguísimos corales
Del negro que tinta la extensión de sus pupilas
Un viento de niño hojea las mil superficies
Todas son caricias evocadoras y alas
Las nubes vestidas de amenaza que amariza
con la tierra seca y estas espaldas ya heridas
son un cuadro de invierno, tienen las plumas níveas
Depositadas en las alturas cordilleranas,
de todas mis mañanas que ahora sólo sueño
que sólo puedo abrazar y brindarles mi calma
pasajera, porque a veces caigo en sus colores
pasajera, porque a veces yo soy la mañana

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